Título: El poder de una pausa
Publicación: Mindful Leader (Fuente)
Autores: Chris L. Johnson, PsyD.
Fecha: 1º de septiembre 2020
El fuerte impacto que ha tenido el COVID en la salud, la economía, la forma de trabajo, en la búsqueda de empleo, la necesidad de hacer malabarismos con los niños y la escuela, entre otros, no se parece a nada que hayamos tenido que afrontar antes. Si estos últimos meses de pausa forzada no nos han mostrado nada más, todavía podemos aprender sobre la marcha.
La tradición racionalista convencional -que incluye conferencias, libros, puntos de datos y debates- nos ha llevado a creer que el aprendizaje es algo que ocurre únicamente en la mente.
En esta visión antigua, los cuerpos son simplemente vehículos de transporte para trasladarnos de una reunión a otra mientras absorbemos información esencial.
Considerada como una habilidad crítica para los líderes del siglo XXI, la capacidad de aprender de la experiencia y aplicarla para desempeñarse con éxito en condiciones nuevas o por primera vez, distingue a los líderes ejemplares. Esos líderes pueden determinar las «lecciones correctas» al buscar nuevos desafíos, solicitar comentarios y confiar en sus experiencias corporales y luego aplicar pragmáticamente su aprendizaje a situaciones novedosas.
Cultivar el aprendizaje desde la experiencia permitirá a los líderes leer el panorama incierto y complejo que ahora está surgiendo y cambiar intencionalmente las prácticas necesarias para dar paso al futuro.
Experiencia de Matt
Cuando conocí a Matt*, estaba frustrado. «¡¿Por qué no me escuchan ?!» Era un hombre corpulento con una voz resonante, había construido su negocio con pura voluntad y trabajo duro. Como fundador y CEO, lo había logrado, a pesar de las probabilidades. Sin embargo, no pudo comprender la desconexión que estaba experimentando con su equipo. ¡Había liderado a su gente en Vietnam, y ellos le habían confiado sus vidas! Sin embargo, su falta de agilidad para liderar su equipo solo alimentó su frustración.
En nuestras conversaciones quedó claro que a Matt le faltaba energía.
Él dio órdenes con impaciencia; no escuchó ni pidió opiniones; no se detuvo para ver si sus solicitudes eran razonables; estaba estresado y en condiciones físicas inestables; microgestionaba y estaba enojado todo el tiempo; no mostró su corazón, su verdadero propósito para estar en el negocio.
Matt había utilizado su energía motriz para construir su empresa, y fue excelente para hacer el trabajo. Pero ahora, estaba arrojando energía negativa por todas partes. Necesitaba aprender a hacer una pausa para liderar el futuro.
La pausa del liderazgo
Las complejidades actuales aumentan la distracción y abruman. El modo de hacer tareas se siente bien porque implica acción, pero es fácil perder de vista el panorama general y las posibilidades de creación en medio de la destrucción.
Hacer una pausa consciente es interrumpir las reacciones automáticas a los eventos de la vida y las historias que fluyen de esas reacciones. Hacer una pausa permite que tu mente se tome un descanso, para que puedas estar con la vida tal como es en lugar de cómo te gustaría que fuera. La pausa también es parte de un ciclo más amplio de trabajo y renovación, un flujo rítmico de la vida. Pausar no es solo una buena idea. Es un nutriente necesario como el aire o el agua. Por último, hacer una pausa a propósito, la Pausa de liderazgo, crea espacio para aprender y liderar.
Creando el futuro
Liderar es asumir la responsabilidad de dar vida a algo que importa e involucra a otros. Los líderes efectivos, independientemente de su rango o posición, son creadores e impulsores en sus vidas y organizaciones.
Ellos:
- Incorporan un profundo sentido de propósito a pesar de la complejidad y el caos del mundo.
- Establecen una visión clara y que inspire a otros a apoyarla.
- Trabajan con sus reacciones bajo la presión de prioridades, mientras motivan a que todos den sus mejores esfuerzos.
La conciencia de uno mismo, en el centro de lo que significa ser un líder ejemplar, puede resultar difícil de alcanzar en nuestro mundo hiperconectado. Está bien documentado que los líderes requieren una alta inteligencia emocional (EQ) para tener éxito; representa del 85 al 90% de la diferencia entre líderes destacados y sus pares. Afortunadamente, se puede desarrollar activamente la autoconciencia.
Mentalidad de Matt
La vida de Matt no estaba funcionando. Su energía impulsora, útil en Vietnam y la construcción de negocios, ahora contribuía a la tensión mutua con su equipo. A pesar de ser un tipo inteligente Matt no podía «ver» lo que no podía ver. Sus patrones instintivos le eran invisibles.
Matt vivía con una creencia obsoleta sobre el liderazgo: «se trata de dirigir a las personas para que actúen de forma rápida y con una mínima conversación».
Matt no necesitaba nueva información ni nuevos conocimientos. Necesitaba ser diferente para relacionarse con su mundo. Necesitaba escuchar y aprender, pero simplemente no sabía cómo. Hacer una pausa permite a los líderes conectarse con otros, aprender y «sentir» sus preocupaciones y tomar medidas a partir de ahí.
Escucha profunda
El sistema de guía neuronal que utilizan los líderes exitosos para escuchar profundamente, mide la confianza, crea resonancia con los demás y aprovecha la realidad actual para tomar medidas efectivas, algo que no es accesible con solo un cambio cognitivo.
A menudo se pasa por alto porque, históricamente, se ha denigrado como una «habilidad blanda». Sin embargo, es esta capacidad de escuchar, leer y responder con precisión a la experiencia sensorial y emocional directa, y no mediada, lo que marca una diferencia significativa. Afortunadamente, esta intuición de liderazgo se basa en el cuerpo y se puede desarrollar.
Comienza con el cuerpo como lugar esencial de aprendizaje, de acción y, en última instancia, de transformación. Sigue con la respiración y la atención. Por notable que parezca, aquello en lo que se centra la atención literalmente crece y da forma al cerebro con el tiempo.
Dado que es imposible captar cada vista, sonido, olfato y estímulo sensorial a la vez, la atención funciona como una puerta, permitiendo la entrada de cierta información y editando otra información. Dirigir la atención es importante, comenzando con una pausa.
Cuando te enfocas repetidamente en un nuevo pensamiento o acción, las conexiones eléctricas y químicas entre las células cerebrales involucradas se fortalecen. De esta manera, se refuerzan las ideas y los comportamientos que se realizan con frecuencia.
Las creencias, expectativas y actitudes arraigadas sobre la vida toman una forma fisiológica y literalmente se encarnan de modo que la estructura misma del cerebro refleja la vida que se ha llevado hasta este punto.
Al prestar atención a la experiencia completa, incluidas las sensaciones, las emociones y el significado mental que se le asigna, los pensamientos conscientes se reflejan en su estructura física: gestos, patrones de movimiento y presencia, lo que permite un yo más profundo y otra conciencia.
El aprendizaje incorporado es una metodología y teoría del cambio que entiende a los seres humanos como un sistema de aprendizaje interdependiente de mente, cuerpo y espíritu; uno no existe sin impactar al otro. Se basa en investigaciones en psicología, mindfulness, aprendizaje y desarrollo de adultos, filosofías orientales y occidentales y neurociencia somática e interpersonal.
El aprendizaje incorporado es pragmático y de autoaprendizaje. Andar en bicicleta, lanzar tiros libres o conducir un automóvil son ejemplos cotidianos de aprendizaje incorporado. Era justo lo que Matt necesitaba.
Cambio de Matt
Matt no necesitaba nueva información; necesitaba aprender a mostrarse de manera diferente con su equipo y relacionarse con su mundo de manera más efectiva. Dado que la atención plena o mindfulness es un multiplicador de fuerzas, cuando comenzamos a entrenar juntos, comenzamos con una pausa. Un pequeño paso quizás, pero crítico para cualquiera que quiera marcar la diferencia.
Al principio, Matt pensó que esta práctica de pausa era demasiado fácil, incluso inútil. Sin embargo, al hacer una pausa consciente, disminuyó la velocidad durante 10-15 segundos, se introdujo en el momento presente y sintonizó su respiración. Rápidamente se sorprendió al saber que esta simple práctica basada en el cuerpo aumentó su conciencia sobre su energía, su gente y su falta de escucha.
Al comenzar con su respiración, comenzó a «ver» lo que no estaba funcionando, que antes no estaba disponible para él, y tomó la acción correcta. El aprendizaje que Matt necesitaba —inmediato, pragmático, factible— comenzó a ocurrir al realizar consistentemente esta práctica consciente, deliberada y basada en el cuerpo a lo largo del tiempo.
Matt acordó:
- Practicar la pausa antes de hablar.
- Escuchar a todos y hacer preguntas aclaratorias.
- Consultar con su equipo sobre las soluciones antes de indicarles que actúen.
La historia de Matt comenzó con una pausa. Con el tiempo, escuchó y compartió su frustración, su corazón y cuánto le importaba su equipo: había construido su negocio para apoyar a los veteranos y a la gente trabajadora como él. La pausa le permitió a Matt liderar a su equipo, tener conversaciones poderosas y evaluar su compleja situación para comprometerse con un camino sabio a seguir.
Lo que necesitamos hoy
Desde la disruptiva aparición de COVID, la vida y el trabajo nos han catapultado a todos a una era completamente nueva. Las habilidades de liderazgo para enfrentar la incertidumbre y ejercitar el aprendizaje, asumir la responsabilidad de crear el futuro y escuchar con atención, serán cada vez más esenciales como habilidades de liderazgo vitales.
Hoy en día, las empresas enfrentan el desafío de volverse hacia la creación de un propósito y significado a partir del caos. Necesitamos líderes atentos y hábiles que den un paso al frente y salgan para ir más allá de la reactividad para responder. Hoy necesitamos líderes que escuchen y se esfuercen por conducirse con confianza, que encarnen una ética de cuidado y empatía, y que asuman la responsabilidad de sus decisiones, conversaciones y acciones.
Los futuros líderes deberán ser diferentes para responder rápidamente con enfoque y flexibilidad. Comenzar con una pausa, abre el camino para aprender a través del cuerpo, un atajo para el largo camino de liderar en la incertidumbre.
Por ahora, ¿por dónde empezarás a experimentar con el poder de una pausa?
Respiración del vientre
A medida que avanza el día de hoy, elija hacer una pausa, ya sea que esté sentado o de pie. Deje caer su atención en su respiración en su vientre, respire profundamente tres veces y sintonice sus sensaciones físicas, sin juzgar. Note constricción, presión o movimiento en su cuerpo. No tienes otra agenda que no sea Pausar y Ser. Elija hacer esta práctica tres veces al día. Al final de su día, responda la pregunta: «¿Qué aprendí al practicar la pausa?»
*El nombre ha sido cambiado
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