Título: Incertidumbre, rabia y angustia son las emociones que sienten los trabajadores por crisis social
Publicación: El Mercurio Economía y Negocios (Fuente)
Autores: Diego Aguirre
Fecha: 30 diciembre 2019
Pese a la directa relación que tiene con la productividad, la emocionalidad de los trabajadores ha sido uno de los puntos que poco ha sido tomado en cuenta por los empleadores frente a la crisis social que vive el país, según los expertos. Ante esto, la consultora organizacional Dinámicas Humanas realizó un sondeo para evaluar el pulso emocional de los colaboradores, dando cuenta que la incertidumbre, la rabia y la angustia son las sensaciones más recurrentes entre los trabajadores en las empresas.
La gerente de ventas para Chile de Visma Raet, Paola Veloso, comenta que es normal que las personas experimenten incertidumbre por no saber cuál será el escenario después de lo acontecido en el país. “Esta es la razón que explica por qué la incertidumbre es el comportamiento con mayor tendencia según el estudio”. De acuerdo al resultado, salvo la pena, que solo destaca a nivel de supervisores, el grueso de las respuestas pertenece a tres emociones básicas: incertidumbre, rabia y angustia.
El coach y socio fundador de Dinámicas Humanas, Pablo Fuenzalida, dice que “estas se manifiestan en nuestro cuerpo, tensándolo y preparándolo para las respuestas de huida y ataque”. Las anteriores sensaciones se traducen en una limitada capacidad de escucha, dificultando la coordinación de acciones, innovación, flexibilidad y capacidad de adaptación desde lo emocional, todos puntos clave que se evidencian en la menor productividad de los trabajadores con estas preocupaciones a cuestas. Al consultar sobre qué habilidades de liderazgo se requieren para afrontar esta situación en las empresas, a nivel general un 43% indica la empatía, mientras un 15% menciona el apoyo, 13% la comprensión y 6% la contención.
“Tomando estos datos, tenemos una dificultad que afrontar: los sentimientos presentes de miedo y rabia nos impiden ser empáticos. Necesitamos gestionarlas para lograr generar en las personas y equipos espacios con emociones expansivas que nos conecten con los otros y nos acerquen y no que nos lleven a atacarlo o huir”, añade Fuenzalida. Veloso agrega que la empatía “no se refiere solo a ponerse en el lugar de la otra persona, sino que a ‘caminar con ella’, pensar en cómo ayudarla a lograr sus objetivos, entender qué está pensando o sintiendo, y acompañarla en el proceso. Acá es muy importante el cómo nos conectamos con las personas y las llevamos a la meta, y esto muchas veces también involucra contención”.
Angustia incrementa a nivel profesional
Salvo por la incertidumbre que se manifiesta a nivel general, al separar los resultados en cuatro categorías jerárquicas —ejecutivos (cargos gerenciales), profesionales (jefaturas), supervisores (coordinaciones) y administrativos (agentes y asistentes)— se observan algunas diferencias respecto de cómo asimilan cada una la contingencia. La rabia, por ejemplo, está más presente en los ejecutivos, con un 33% del total.
En los profesionales, en cambio, la preocupación se presenta con mayor fuerza (33%). “Si solo nos centráramos en estas diferencias, podemos intuir que la relación entre ejecutivos y profesionales, sin ninguna mala intención, está siendo compleja, por cuanto tenemos a ejecutivos preparados para el ataque (rabia) y profesionales listos para huir (preocupación) o atacar si no pueden escapar”, comenta el ejecutivo.
Veloso añade que “el hecho de no poder proyectarse o no saber si habrá continuidad laboral causa ansiedad e impacta directamente en la productividad. Para las personas que cumplen roles administrativos, por ejemplo, la tendencia se inclinó hacia la angustia, el miedo e incertidumbre, por no saber qué sucederá con sus empleos o si podrán llegar a sus casas por las protestas”.
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