Título: 20 Grandes Ideas para 2020: estas son las tendencias que definirán el próximo año

Publicación: Duplos (Fuente)

Autores: George Anders

Fecha: 12 diciembre 2019

El mundo se está acelerando. Años de disrupciones tecnológicas, políticas tumultuosas y oficinas abiertas 24 horas nos han dejado sin aliento. Pero el fin de año nos da la oportunidad de parar y reflexionar.

Cada diciembre, los editores del equipo de LinkedIn revisamos feeds y entramos en contacto con colaboradores frecuentes para identificar las grandes ideas que definirán el año próximo. ¿Cuáles serán las conversaciones más importantes para la comunidad profesional? En 2020, hay un tema que está emergiendo por sobre otros: después de una década de cambios profundos, los profesionales están evaluando y cuestionando el mundo que construimos y los valores que nos impulsan.

De los 20 temas que marcarán tendencia para el próximo año en el ámbito laboral y profesional, queremos resaltar 6 que pueden ser abordadas directamente por los programas de Mindfulness o Atención Plena en organizaciones:

El beneficio que más van a valorar los profesionales es el tiempo.

El trabajo flexible ya no es un privilegio de unos pocos empleados, sino que se transformó en una demanda general. La generación Z y los millennials lideran el camino hacia el establecimiento de una nueva relación con la oficina, según reportes de Claire Cain Miller y Sanam Yar, del New York Times. Experimentos con una semana laboral de cuatro días se están realizando en todo el mundo: Microsoft lo probó en Japón, y el Partido Laborista del Reino Unido incluso lo prometió en su campaña electoral. Por su parte, los empleadores del sector privado que participaron en experimentos a pequeña escala dicen que la menor cantidad de horas no afectó los resultados, sino todo lo contrario. “La benevolencia podría ser beneficiosa para los empleadores”, dice John Pencavel, un profesor de economía de Stanford que ha estudiado la relación entre horas de trabajo y productividad. “La menor cantidad de horas podría no comprometer los resultados. La menor cantidad de horas podría implicar menores costos laborales. No solo se beneficia el empleador, sino que también se beneficia el empleado”.

Las mujeres que trabajan, quienes históricamente han tenido que aceptar recortes en sueldos y promociones debido al trabajo flexible, saldrán beneficiadas. Entre las mujeres con estudios superiores que dejaron sus empleos, el 69% hubiera seguido trabajando si sus empleadores les hubieran ofrecido opciones de trabajo más flexibles, según una investigación de Boston Consulting Group.

“La clave es que los empleadores participen en la búsqueda de formas de trabajo más eficientes”, señala Charlotte Lockhart, impulsora de la iniciativa The 4 Day Week. Su empresa, Perpetual Guardian, ya lo ha puesto en práctica: sus 240 empleados en Nueva Zelanda trabajan cuatro días a la semana. “Todos queremos sentirnos valorados en el trabajo, pero eso no debería suceder a expensas de nuestra vida personal”, opina Lockhart. “Nuestras vidas necesitan una reconstrucción y por fin estamos comenzando a reconocerlo”.

Vamos a hablar más abiertamente sobre la salud mental en el ámbito laboral.

La depresión y la ansiedad solas le cuestan a la economía mundial $1 billón de dólares en pérdida de productividad cada año, según la Organización Mundial de la Salud. Para los empleadores, es un verdadero problema de retención de empleados, y para los empleados, una necesidad cada vez mayor. La conversación sobre salud mental es urgente, impulsada por una nueva generación, sin embargo, sigue siendo incierta. “Hay un verdadero temor por parte de las grandes empresas de no estar preparadas para manejar esa conversación de una manera que sea segura para la empresa y segura para el empleado”, dice Aaron Harvey, fundador de Made of Millions Foundation. Harvey publicó una guía de salud mental en el lugar de trabajo después de no haber estado a la altura como empleador él mismo y lanzó la campaña #DearManager en redes sociales para alentar la conversación sobre salud mental.

Sin embargo, hablar sobre salud mental en el trabajo plantea cuestiones de privacidad, responsabilidad legal y discriminación. La psicóloga clínica Ellen Hendriksen recomienda que, por motivos legales, solo el empleado tendría que ser quien comenzara la conversación. Y debido al estigma asociado, los empleados primero deberían tantear la cultura empresarial y decidir si compartir su experiencia implicaría un riesgo. “Acérquense con la información y con un plan de adaptación razonable”, dice Hendriksen. “Es importante no presentar las dificultades de salud mental propias como un acertijo para que tu jefe resuelva”. Y en cuanto a los gerentes, ellos pueden predicar con el ejemplo siendo abiertos sobre sus propias dificultades. Es fundamental crear una cultura de apoyo, con confidencialidad, un plan de adaptación y beneficios similares a los de la cobertura de salud física. “En lugar de actuar como protectores o jueces”, agrega, “les aconsejaría a los empleadores que actúen como líderes”.

Tu habilidad para concentrarte será tu aptitud más importante.

Si te encontraste alguna vez en el trabajo mirando fotos en Instagram sin pensar, sin siquiera recordar, cómo llegaste allí, no estás solo. De acuerdo con un estudio de la plataforma de aprendizaje Udemy, dos tercios de los trabajadores admitieron mirar su teléfono durante al menos una hora durante su día laboral. Esto tiene un gran costo para nosotros y nuestros empleadores.

“Cada vez que los empleados toman su teléfono o sucumben ante una distracción, se apartan de su trabajo inexorablemente”, advierte Brian Solis, autor de “Lifescale: How to Live a More Creative, Productive, and Happy Life” (Balance de vida: cómo vivir una vida más creativa, productiva y feliz). “Esto está teniendo un impacto increíble y poco estudiado en la productividad, la creatividad y la felicidad de los empleados”. Sorprendentemente hay pocas investigaciones serias sobre el tema, pero algunos estudios calculan que el costo sobre la productividad asciende a cientos de miles de millones de dólares solo en los Estados Unidos.

“Aunque las distracciones no son necesariamente tu culpa, son tu responsabilidad”, escribe Nir Eyal, autor de “Indistractable: How to Control Your Attention and Choose Your Life” (Imposible de distraer: cómo controlar tu atención y elegir tu vida). Eyal ofrece estrategias que pueden ayudarte a mantener la concentración: dominar tu curiosidad, planificar tu día y hacer pactos contigo mismo o con tus amigos. Ah, y controlar el uso de la tecnología.

2020 será el año en que los humanos seremos “más humanos”.

Cada día, más tareas repetitivas se automatizarán y los humanos tendremos que descubrir qué hacer con nuestra “humanidad” en el trabajo. “El próximo año será clave porque necesitaremos más herramientas para re-humanizarnos y, al mismo tiempo, aprovechar mejor los recursos de las empresas y lograr más satisfacción”, dice Leo Piccioli, escritor y speaker sobre liderazgo. Como consecuencia, vamos a tener que prepararnos para ser cada día más creativos, empáticos, pensar estratégicamente, romper jerarquías, conversar, trabajar en equipo y resolver problemas. “Las compañías que incorporen esta tendencia como parte de su estrategia tendrán más chances de éxito. Quienes ayuden a otras empresas a hacerlo, aún más. En América Latina, la oportunidad y el riesgo son mayores: dar un enorme salto desde empresas, sindicatos y gobiernos, o sufrir año a año como la rana hervida”.

Habrá más personalización para poder obtener mayor “engagement” de empresas y colaboradores.

“El próximo año será el de las experiencias personalizadas para clientes y colaboradores. Empezaremos a ver estrategias de Recursos Humanos orientadas a la flexibilidad inteligente. Aunque el objetivo sigue siendo el engagement total del colaborador, el entendimiento cambia: cada uno es diferente, tiene motivadores y necesidades distintas”, dice la career coach y fundadora de la consultoría mexicana kandidaat, Samantha Magadán. Para la ejecutiva, cada vez más compañías adoptarán modelos de trabajo, liderazgo, colaboración, jornadas y reconocimiento ad hoc al individuo. “A nivel cultural, esto nos habla de la necesidad personal que tenemos de sentirnos reconocidos, entendidos y de conectar de forma más profunda con nuestro trabajo y con nuestra experiencia de compra”.

Vamos a cuestionar el valor del trabajo en sí.

Una idea central conecta la creciente atención que se le está dando al trabajo flexible, la semana de cuatro días, la salud mental en el trabajo y otras tendencias que están surgiendo dentro del ámbito laboral: quizás el trabajo sea un fraude. Europa siempre ha tenido sus dudas, pero incluso las naciones más obsesionadas con el trabajo ahora se están cuestionando la cultura del “siempre disponibles”. La élite de Estados Unidos ha comenzado a hacer planes para jubilarse antes, mientras que los trabajadores chinos están comenzando a rebelarse contra el modelo 9-9-6 (trabajar de 9 a 21, seis días a la semana). “Esta generación se preocupa por lo que le ofrece el ámbito laboral y lo que ofrece el resto de las áreas de su vida”, indica Glenn Kelman, CEO de Redfin. Los líderes deben adaptarse si esperan atraer y conservar a los mejores empleados.

Kelman tiene sentimientos encontrados con respecto a este cambio. El ejecutivo proviene de la cultura “de la bolsa de dormir debajo del escritorio” de Silicon Valley. “Esta obsesión con la productividad, el crecimiento y la competitividad incitó a las nuevas generaciones a demostrar su entereza trabajando todo el tiempo”, dice. Podía ser destructiva, pero también producía resultados, tanto para las personas como para los países. Ese hambre se ha saciado. “En parte por los frutos de la riqueza, y en parte por un escepticismo de raíces cada vez más profundas hacia el capitalismo”, agrega. “Tenemos que hacer que el capitalismo funcione mejor si queremos que las personas trabajen duro”. O quizás nuestros valores están evolucionando, y está bien que así sea. “Somos menos materialistas, eso no puede tener nada de malo, ¿no?”.

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